Es un queso de cabra fresco, elaborado de forma tradicional con leche de cabra pasteurizada y sin ningún tipo de adición de hierbas, especias o recubrimientos. Su sabor es limpio, suave y ligeramente ácido, con un toque lácteo que resalta la pureza del producto. Tiene una textura cremosa pero firme, que se deshace fácilmente en el paladar, lo que lo convierte en una opción versátil y elegante tanto para consumo directo como para cocina gourmet.

Visualmente se presenta en forma de cilindro compacto, con una pasta blanca y homogénea. Su perfil aromático es fresco, con sutiles notas caprinas que no resultan invasivas, siendo ideal tanto para conocedores del queso de cabra como para quienes se inician en este tipo de productos.

Perfecto para disfrutar en ensaladas, tostadas, tablas de quesos, o como ingrediente en platos fríos y calientes. Combina muy bien con miel, frutos secos, mermeladas, vinos blancos secos o espumosos. Su formato de 100 gramos lo hace ideal para consumo individual, pequeñas reuniones o como parte de una degustación variada.